Virgen de la Nube

Virgen de la Nube, también conocida como Nuestra Señora de la Nube o Nuestra Señora de la Nube «Aolani», es una advocación mariana originaria del sur de Ecuador, venerada principalmente en el santuario homónimo de Azogues. Su historia está marcada por un milagro ocurrido a finales del siglo XVII, cuando una procesión del Rosario presenció la aparición de una imagen de la Virgen formada por nubes, lo que condujo a la curación del obispo Sancho de Andrade y Figueroa. Desde entonces, la devoción se ha extendido a Perú y a comunidades de la diáspora latinoamericana, convirtiéndose en un importante punto de peregrinación y expresión de la fe popular católica1.
Tabla de contenido
Historia y origen del culto
El milagro de 1696
El 30 de diciembre de 1696, el obispo Sancho de Andrade y Figueroa, entonces enfermo y considerado desahuciado, fue objeto de una novena organizada por los fieles de Guápulo, una zona de gran devoción mariana. Durante la procesión del Rosario que se dirigía a la catedral, los participantes afirmaron haber visto una figura de la Virgen María delineada en las nubes del cielo. La aparición fue interpretada como una señal de intercesión divina, y el obispo recuperó la salud poco después del evento1.
Consolidación del santuario
Tras el milagro, la devoción se institucionalizó con la construcción del santuario dedicado a la Virgen de la Nube en la ciudad de Azogues. Cada 1 de enero, miles de peregrinos acuden al santuario para participar en misas, procesiones y actos litúrgicos organizados por la comunidad franciscana, custodios del lugar. La procesión, además de su valor espiritual, ha adquirido una dimensión cultural y turística significativa1.
Expansión geográfica de la devoción
Perú
En el siglo XVII, la monja antioquina Sor Antonia Lucía del Espíritu Santo introdujo la devoción en el Perú, vinculándola al monasterio de Las Nazarenas en Lima. Desde entonces, la imagen de la Virgen de la Nube se incorpora a la tradicional procesión del Señor de los Milagros, acompañando a la imagen del Cristo en la procesión de octubre, y se ha convertido en un símbolo de la unión entre ambas naciones latinoamericanas1.
Diáspora y presencia internacional
La veneración de la Virgen de la Nube también se ha extendido a comunidades fuera de América Latina, como la parroquia de Nueva York, donde se celebra una devoción local que mantiene viva la tradición entre los emigrantes ecuatorianos y peruanos1.
Iconografía y simbolismo
La imagen tradicional representa a la Virgen María sobre una luna, coronada y sosteniendo un ramo en su brazo derecho; en el izquierdo lleva al Niño Jesús, quien sostiene el mundo en sus manos. La luna sirve como pedestal, simbolizando la victoria de María sobre las fuerzas oscuras y, en algunos relatos, sobre el Islam. A sus pies se representa arrodillado el obispo Sancho de Andrade y Figueroa, recordando el milagro que dio origen al culto1.
Celebraciones litúrgicas y prácticas devocionales
Festividad principal
El día 30 de diciembre se conmemora el milagro original, mientras que el 1 de enero marca la principal peregrinación anual al santuario de Azogues. Durante estas fechas, los fieles participan en la Misa de acción de gracias, el rosario comunitario, y la procesión nocturna bajo la luz de las estrellas, recreando la atmósfera de la aparición en las nubes.
Devoción popular
Los devotos suelen ofrecer flores, velas y pequeños sacrificios como expresión de gratitud y petición. La práctica de encender velas encendidas en el altar de la Virgen de la Nube se asocia a la esperanza de recibir la intercesión maternal de María, siguiendo la tradición de los santuarios marianos que, según la enseñanza papal, son lugares de «misericordia y consuelo» para los necesitados2.
Significado teológico
La aparición de la Virgen en forma de nubes evoca la Madrugada de la Encarnación, donde la luz divina se manifiesta en la creación. La devoción subraya la intercesión materna de María, una constante en la espiritualidad católica que, como señaló el Papa Pío XII, invita a los fieles a «colocarse confiados bajo su protección»3. Además, la imagen de la Virgen sosteniendo al Niño Jesús con el mundo en sus manos refuerza el papel de María como mediadora del plan de salvación.
Impacto cultural y social
Turismo religioso
La procesión del 1 de enero atrae a miles de visitantes, generando una importante actividad económica para la región de Azogues. Hoteles, restaurantes y artesanos locales se benefician de la afluencia de peregrinos, lo que convierte al santuario en un motor de desarrollo regional.
Identidad y cohesión comunitaria
La devoción a la Virgen de la Nube fortalece la identidad cultural de los habitantes de Azogues y de las comunidades peruanas vinculadas al santuario. La celebración conjunta de la fe y la tradición crea lazos de solidaridad y pertenencia que trascienden generaciones.
Citas
Papa Juan Pablo II. 21 de mayo de 1985: Celebración eucarística para los enfermos en Banneux - Homilía, § 2 (1985). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Papa Juan Pablo II. Inauguración de la Capilla de la Virgen de Guadalupe en la Cripta Vaticana (12 de mayo de 1992) - Discurso (1992). ↩
Papa Pío XII. Meminisse Iuvat, § 1 (1958). ↩