Visiones de Daniel (cuatro bestias y setenta semanas)

Las visiones contenidas en los capítulos VII y IX del Libro de Daniel, conocidas como las cuatro bestias y las setenta semanas, constituyen dos de los pasajes proféticos más estudiados y comentados dentro de la tradición católica. A través de símbolos como bestias feroces, cuernos y periodos de tiempo expresados en «semanas» de años, el profeta anuncia la sucesión de imperios mundanos, la aparición del Anticristo y la consumación del Reino de Dios. El presente artículo examina el contexto histórico‑literario, describe detalladamente cada visión, resume las interpretaciones patrísticas y teológicas más relevantes, y muestra cómo la Iglesia Católica integra estos símbolos en su escatología.
Tabla de contenido
Contexto histórico y literario
Autoría y fecha de composición
El Libro de Daniel se sitúa en el siglo II a.C., época de la dominación seléucida y de la persecución de Antíoco Epífanes. Su estilo apocalíptico combina relatos históricos con visiones simbólicas destinadas a consolar al pueblo judío bajo la opresión. La autoría tradicional se atribuye al propio Daniel, aunque la crítica moderna reconoce una composición posterior que refleja los conflictos de la época1.
Género apocalíptico y objetivo pastoral
El género apocalíptico emplea imágenes visionarias para revelar la lucha entre el bien y el mal y para asegurar a los fieles que, pese a las tribulaciones presentes, Dios tiene el control definitivo de la historia. Daniel, al recibir la revelación del ángel Gabriel, interpreta los símbolos para mostrar que el «tiempo del fin» está bajo la providencia divina1.
Las cuatro bestias (Daniel VII)
Descripción de la visión
En el capítulo VII, Daniel contempla cuatro bestias que emergen del mar, cada una representando un reino mundial sucesivo. La cuarta bestia, «excepcionalmente terrible», posee diez cuernos y un cuerno pequeño que habla con arrogancia y persigue a los santos durante «tiempo, tiempos y medio tiempo”2.
Primera bestia: león con alas, símbolo del imperio babilónico.
Segunda bestia: oso, que representa al Imperio Medo‑Persa.
Tercera bestia: leopardo con cuatro alas y cuatro cabezas, alude al Imperio helenístico de Alejandro y sus sucesores.
Cuarta bestia: bestia de hierro y bronce, identificada tradicionalmente con el Imperio romano y, en la escatología, con la autoridad del Anticristo3.
Interpretaciones patrísticas
San Agustín, en La Ciudad de Dios, interpreta las cuatro bestias como los reinos de Asiria, Persia, Macedonia y Roma, señalando que el cuerno pequeño corresponde al Anticristo, quien persigue a la Iglesia antes del juicio final3. Los Padres de la Iglesia, como Hipólito de Roma, subrayan que la visión apunta a la victoria final del «Hijo del Hombre» sobre todas las potencias terrenales4.
Significado escatológico
El juicio final se describe cuando «el Anciano de días» se sienta en su trono y los santos reciben el reino eterno, cumpliendo la promesa de que «todos los dominios servirán y obedecerán» a los santos2. Esta esperanza escatológica refuerza la confianza de los creyentes en la victoria definitiva de Cristo.
Las setenta semanas (Daniel IX)
Texto de la profecía
El ángel Gabriel revela a Daniel setenta semanas (heptadecas de años) divididas en tres periodos: 7, 62 y 1 semana. Desde la orden de reconstruir Jerusalén hasta la aparición de un «príncipe ungido», pasan siete semanas; después, sesenta‑dos semanas conducen a la construcción del templo en tiempos de angustia; al término, el «príncipe ungido» será cortado, y el «príncipe que ha de venir» destruirá la ciudad y el santuario, estableciendo una abominación desoladora durante medio tiempo5.
Interpretaciones tradicionales católicas
Interpretación mesiánica: la mayoría de los exegetas católicos ven en la profecía la referencia a Jesucristo, cuya venida, muerte y resurrección cumplen el propósito de las primeras 69 semanas, mientras que la última semana alude a los eventos finales de la historia (la tribulación y la segunda venida)1.
Interpretación histórica: algunos estudiosos relacionan la sexta semana con la persecución de Antíoco Epífanes, que interrumpe el sacrificio en el templo durante 1290 días (≈ 3 años y medio)1.
Comentario de Hipólito: enfatiza que las setenta semanas señalan el cumplimiento de la promesa de Dios a través de Cristo, quien «es el Príncipe» y restaura el culto al Señor4.
Elementos simbólicos clave
«Abominación desoladora»: se identifica con la profanación del templo por parte de Antíoco y, en la escatología, con la acción del Anticristo1.
«Tiempo, tiempos y medio tiempo»: equivale a tres años y medio, periodo de persecución antes del juicio final3.
Relación entre ambas visiones
Las visiones de las cuatro bestias y de las setenta semanas comparten varios motivos simbólicos: el conflicto entre el pueblo de Dios y los poderes paganos, la intervención del «príncipe ungido» (Cristo) y la aparición del Anticristo como culminación del mal. Ambas revelaciones culminan en la victoria del Reino eterno y en la resurrección de los muertos, tema central del libro de Daniel1.
Significado teológico y pastoral
Consuelo para los fieles
En tiempos de persecución, la visión de Daniel ofrece esperanza: aunque los imperios se levanten y caigan, Dios preserva su pacto y garantiza la salvación final. La Iglesia enseña que la lectura de estas profecías debe inspirar una vida de fe, vigilancia y confianza en la providencia divina1.
Aplicación litúrgica y catequética
Liturgia: las lecturas de Daniel aparecen en el Tiempo Ordinario, recordando a los cristianos la continuidad entre la historia salvadora del Antiguo y del Nuevo Testamento.
Catequesis: los catecismos explican que las imágenes apocalípticas no deben interpretarse como predicciones exactas de eventos históricos, sino como símbolos de la lucha espiritual y la victoria final de Cristo1.
Perspectiva escatológica contemporánea
El magisterio actual, bajo el pontificado de San León XIV, reafirma que la profecía de Daniel apunta a la segunda venida de Cristo y al establecimiento del Reino de los santos, sin precisar fechas exactas, pero subrayando la necesidad de vivir en santidad y preparación1.
Conclusión
Las visiones de Daniel —las cuatro bestias y las setenta semanas— constituyen un pilar esencial de la escatología católica. A través de símbolos poderosos, el profeta revela la sucesión de imperios, la aparición del Anticristo y la consumación del Reino de Dios. La interpretación patrística y magisterial muestra una coherencia teológica que vincula la historia de la salvación con la esperanza futura, ofreciendo a los creyentes un fundamento sólido para la fe y la esperanza cristiana.
Citas
Libro de Daniel, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Libro de Daniel. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Daniel 7. ↩ ↩2
Capítulo 23.— lo que Daniel predijo con respecto a la persecución del Anticristo, el juicio de Dios y el reino de los santos, Agustín de Hipona. La Ciudad de Dios - Libro 20, § 23 (426). ↩ ↩2 ↩3
Sobre Daniel - Segundo fragmento (de las visiones), Hipólito de Roma. Fragmentos de los Comentarios Escriturísticos de Hipólito, §Sobre Daniel, Segundo fragmento (De las visiones) (200). ↩ ↩2
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Daniel 9. ↩
