Votos religiosos
Los votos religiosos son una forma de consagración total a Dios dentro de la Iglesia Católica, caracterizada por la profesión pública de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Esta dedicación, arraigada en el bautismo pero ofrecida a quienes Dios elige libremente, implica una respuesta a la llamada divina para seguir a Cristo más de cerca, renunciando al mundo y viviendo solo para Dios. Los votos pueden ser temporales o perpetuos y son recibidos por la Iglesia, incorporando al profeso en un instituto de vida consagrada con derechos y deberes específicos. A través de ellos, la vida religiosa se convierte en un signo visible del reino de los cielos y un testimonio de los valores cristianos que desafían las tentaciones del mundo.
Tabla de contenido
Naturaleza y Significado de los Votos Religiosos
La vida consagrada, y específicamente la vida religiosa, se define por la profesión de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia mediante votos públicos1,2. Esta es una forma estable de vida en la que los fieles se dedican totalmente a Dios, amado por encima de todo, y se consagran a su honor, a la edificación de la Iglesia y a la salvación del mundo1. Los votos religiosos no son un fin en sí mismos, sino un medio para alcanzar la perfección de la caridad cristiana3.
La consagración a través de los votos es una respuesta a un don previo de Dios, un regalo de amor que no puede ser racionalizado, sino que es obra de Dios mismo en la persona que ha elegido4. Es una dedicación de toda la vida al servicio de Dios, buscando a Él antes que a cualquier otra cosa4. Los votos liberan a la persona de obstáculos que podrían impedir un amor ardiente a Dios y una adoración perfecta, consagrándola de una manera más total a su servicio4.
Los votos religiosos manifiestan en la Iglesia un «matrimonio maravilloso» realizado por Dios, siendo un signo de la vida futura5,6,7. Esta consagración total de la persona se realiza mediante votos públicos, que pueden ser perpetuos o temporales y renovables5,6,8. Al hacer estos votos, los religiosos asumen la observancia de los tres consejos evangélicos y son consagrados a Dios a través del ministerio de la Iglesia, incorporándose a su instituto con los derechos y deberes definidos por la ley5,9,8,10.
La Llamada Divina
En el origen de la consagración religiosa se encuentra una llamada de Dios que se explica únicamente por el amor gratuito, personal y único que Él tiene por la persona a la que llama11. Esta llamada divina invita a seguir a Cristo a través de la práctica y profesión de los consejos evangélicos11. La vocación religiosa, aunque arraigada en el bautismo, es un don especial de gracia que no se concede a todos los bautizados, sino que es ofrecido libremente por Dios a quienes Él elige para el bien de su pueblo5,12,8.
Al aceptar este don, los religiosos responden a la llamada divina, muriendo al pecado, renunciando al mundo y viviendo solo para Dios5,8. El centro de sus vidas es un seguimiento más cercano de Cristo5,8.
Los Tres Votos Esenciales
Los tres votos esenciales de la vida religiosa son la pobreza, la castidad y la obediencia, conocidos como los consejos evangélicos13,14,15. Estos votos son una triple expresión de un único «sí» a la relación de total consagración a Dios4. Cada instituto define en sus constituciones cómo se observarán estos consejos de manera particular, de acuerdo con su carácter y fines propios5,16,8.
Voto de Pobreza
El voto de pobreza implica que el religioso renuncia al libre uso y disposición de sus bienes4,17,18. Depende del superior legítimo del instituto para la provisión de bienes materiales, pone en común los dones y salarios como pertenecientes a la comunidad, y acepta y contribuye a un estilo de vida sencillo4,17.
Antes de la primera profesión, los miembros deben ceder la administración de sus bienes a quien prefieran y disponer libremente de su uso y rentas, a menos que las constituciones establezcan lo contrario19. Al menos antes de la profesión perpetua, deben hacer un testamento válido según el derecho civil19. Si la naturaleza del instituto exige la renuncia total a los bienes, esta debe hacerse antes de la profesión perpetua, con efecto desde el día de la profesión19. Un religioso profeso que ha renunciado totalmente a sus bienes pierde la capacidad de adquirir y poseer, e inválidamente realiza actos contrarios al voto de pobreza19. Lo que adquiere después de la renuncia pertenece al instituto19.
Históricamente, la pobreza para los ermitaños consistía en la renuncia a los bienes mundanos y en el uso muy austero de alimentos, ropa y otras necesidades. Los cenobitas tenían prohibido poseer propiedades separadas y debían recibir del superior o procurador todo lo que necesitaban, aunque no eran incapaces de poseer propiedades15.
Voto de Castidad
El voto de castidad implica que el religioso se compromete a vivir la castidad bajo un nuevo título, el del voto, y a vivirla en celibato consagrado por el Reino de los Cielos4,17,18. Esto requiere un estilo de vida que sea un testimonio convincente y creíble de una dedicación total a la castidad, renunciando a cualquier comportamiento, relaciones personales y formas de recreación incompatibles con ella4,17. El voto de castidad, consagrado por la recepción de órdenes mayores o por la profesión religiosa en un instituto aprobado, constituye un impedimento dirimente para el matrimonio13.
Este voto libera la capacidad de amar y la dedica de manera indivisa a Dios4. La castidad perfecta es considerada un medio para la perfección15.
Voto de Obediencia
El voto de obediencia compromete al religioso a obedecer las directivas de los superiores legítimos según las constituciones del instituto4,17,18. Además, implica una obediencia particular al Santo Padre en virtud del voto de obediencia4,17. Implícito en el compromiso con el instituto que incluyen los votos, está el compromiso de vivir una vida común en comunión con los hermanos o hermanas de la comunidad4,17. El religioso se compromete a vivir en fidelidad a la naturaleza, propósito, espíritu y carácter del instituto, tal como se expresa en sus constituciones, derecho propio y sanas tradiciones4,17.
La obediencia a la autoridad legítima es un medio para la perfección15.
Tipos de Votos y Profesión Religiosa
La profesión religiosa es el acto de abrazar el estado religioso mediante los tres votos de pobreza, castidad y obediencia, de acuerdo con la regla de una orden canónicamente aprobada13. Implica un triple voto hecho a Dios, que vincula a la persona a la regla de una determinada orden13.
Votos Simples y Solemnes
Los votos pueden ser simples o solemnes20. La Iglesia ha reconocido la distinción entre ambos, siendo los votos solemnes aquellos que la Iglesia ha reconocido como tales20. Históricamente, algunas comunidades de terciarios no pertenecientes a una orden aprobada fueron las primeras en introducir la profesión acompañada de votos simples, lo cual es ahora la práctica ordinaria en las congregaciones más recientes13. San Ignacio de Loyola estableció que en su orden hubiera una profesión simple, seguida de renovaciones más o menos frecuentes de votos, hasta que el candidato estuviera preparado para la profesión solemne o definitiva13.
El estado religioso puede existir en sentido propio sin votos solemnes, como demostró Gregorio XIII al declarar que los escolásticos de la Compañía de Jesús eran realmente religiosos15.
Votos Temporales y Perpetuos
Los votos religiosos pueden ser perpetuos o temporales5,6,8. Los votos temporales son renovables al expirar el período de tiempo5,6,8. Las condiciones para la validez de la profesión temporal, su duración y su posible extensión se determinan en las constituciones de cada instituto, siempre en conformidad con el derecho común de la Iglesia5,8.
La profesión perpetua es una característica del estado religioso, ya que este implica algo fijo y permanente, y para asegurar esta estabilidad en prácticas no obligatorias por ley, el religioso se promete a Dios mediante un voto perpetuo15.
Votos Adicionales
Además de los tres votos esenciales, las reglas o constituciones de una orden o congregación pueden añadir votos especiales inspirados por el propósito de la orden13. Por ejemplo, los Franciscanos Menores hacen un voto de obediencia especial al Papa y a la Iglesia Romana; las Clarisas Pobres, un voto de clausura; los Mercedarios, un voto de dedicarse a la redención de cautivos cristianos, incluso dándose como rehenes; los Mínimos, un voto de abstinencia estricta; las Carmelitas y las Agustinas Descalzas, un voto de humildad13. La primera profesión en la Compañía de Jesús implica un voto de indiferencia con respecto a los votos finales (solemnes o simples), y la profesión solemne añade un voto de obediencia al Papa para las misiones y cinco votos simples para asegurar mejor la observancia de la pobreza y evitar la ambición13. Sin embargo, las regulaciones de 1901 no permiten en las nuevas congregaciones más que los tres votos esenciales de pobreza, castidad y obediencia13.
Impacto y Testimonio de la Vida Consagrada
La consagración a través de la profesión de los consejos evangélicos en la vida religiosa tiene un impacto social4,17. Aunque la protesta social no es el propósito de los votos, su vivencia siempre ha ofrecido un testimonio de valores que desafían a la sociedad, así como a los propios religiosos4,17. La pobreza, castidad y obediencia religiosas pueden hablar con fuerza y claridad al mundo actual, que sufre tanto de consumismo y discriminación, erotismo y odio, violencia y opresión4,17.
Los consejos evangélicos son, por así decirlo, el principal apoyo de la vida religiosa, ya que expresan de manera significativa y completa el radicalismo evangélico que la caracteriza21. A través de la profesión de los consejos, el religioso desea liberarse de los impedimentos que podrían apartarlo de un amor ardiente a Dios y de una adoración perfecta, y consagrarse de manera más profunda al servicio divino22,21.
Estos consejos tocan a la persona humana en los tres ámbitos esenciales de su existencia y relaciones: afectividad, posesión y poder21. Su fiel ejercicio fomenta el desarrollo de la persona, la libertad espiritual, la purificación del corazón, el fervor de la caridad y ayuda al religioso a cooperar en la construcción de la sociedad humana21. Los consejos vividos de la manera más auténtica posible tienen un gran significado para todas las personas, ya que cada voto da una respuesta específica a las grandes tentaciones de nuestro tiempo21. A través de ellos, la Iglesia sigue mostrando al mundo los caminos para su transfiguración en el Reino de Dios21.
Los religiosos dan a Cristo y a la Iglesia un testimonio público de separación con respecto al «espíritu del mundo» y al comportamiento que implica, y al mismo tiempo de una presencia en el mundo acorde con la «sabiduría de Dios»10.
Conclusión
Los votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia representan una entrega total y libre a Dios, modelada según la autoentrega de Cristo a su Iglesia22. Esta consagración, realizada dentro de la Iglesia y a través de su ministerio, es un acto de amor supremo que busca una unión más íntima con Dios y una manifestación de los bienes celestiales ya poseídos en este mundo22. Al abrazar estos consejos evangélicos, los religiosos no solo buscan su propia perfección en la caridad, sino que también ofrecen un signo visible y profético para toda la Iglesia y para el mundo, atrayendo a todos los fieles a un cumplimiento más efectivo de su vocación cristiana22.
Citas
Título I. Normas comunes a todos los institutos de vida consagrada, . Código de Derecho Canónico, § 573 (1983). ↩ ↩2
Sección II. I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 944. ↩
Basil Cole, OP. El Obispo y la Vida Consagrada: ¿Un Vínculo Necesario? , § 8. ↩
II. Características - 1. Consagración por votos públicos, Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Elementos esenciales en la enseñanza de la Iglesia sobre la vida religiosa (1983), § II. (1983). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16
III. Algunas normas fundamentales - I. Llamada y consagración, Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Elementos esenciales en la enseñanza de la Iglesia sobre la vida religiosa (1983), § III. (1983). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
Título II. Institutos religiosos, . Código de Derecho Canónico, § 607 (1983). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Directrices sobre la formación en los institutos religiosos - I. Consagración y formación religiosa - Vida religiosa y consagrada según la doctrina de la Iglesia, Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Directrices sobre la formación en los institutos religiosos, § 7 (1990). ↩
III. Algunas normas fundamentales - Llamada y consagración, Sagrada Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares. Elementos esenciales en la enseñanza de la Iglesia sobre la vida religiosa aplicada a los institutos dedicados a obras de apostolado, § III. I (1983). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Capítulo III. La admisión de candidatos y la formación de los miembros, . Código de Derecho Canónico, § 654 (1983). ↩
Directrices sobre la formación en los institutos religiosos - I. Consagración y formación religiosa - Profesión religiosa: Un acto de la Iglesia que consagra e incorpora, Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Directrices sobre la formación en los institutos religiosos, § 10 (1990). ↩ ↩2
Directrices sobre la formación en los institutos religiosos - I. Consagración y formación religiosa - Vocación divina para una misión de salvación, Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Directrices sobre la formación en los institutos religiosos, § 8 (1990). ↩ ↩2
Título I. Normas comunes a todos los institutos de vida consagrada, . Código de Derecho Canónico, § 574 (1983). ↩
Profesión religiosa, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Profesión religiosa. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
Lección trigésimo segunda. Del segundo al cuarto mandamiento, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un Catecismo de Doctrina Cristiana (El Catecismo de Baltimore N.º 3), § 1233 (1954). ↩
Vida religiosa, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Vida religiosa. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Título I. Normas comunes a todos los institutos de vida consagrada, . Código de Derecho Canónico, § 598 (1983). ↩
II. Características - 1. Consagración por votos públicos, Sagrada Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares. Elementos esenciales en la enseñanza de la Iglesia sobre la vida religiosa aplicada a los institutos dedicados a obras de apostolado, § II. 16 (1983). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11
Lección trigésimo segunda. Del segundo al cuarto mandamiento, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un Catecismo de Doctrina Cristiana (El Catecismo de Baltimore N.º 3), § 1234 (1954). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo IV. Las obligaciones y los derechos de los institutos y de sus miembros, . Código de Derecho Canónico, § 668 (1983). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Capítulo I. Un voto, . Código de Derecho Canónico, § 1192 (1983). ↩ ↩2
Directrices sobre la formación en los institutos religiosos - I. Consagración y formación religiosa - Una vida según los consejos evangélicos, Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Directrices sobre la formación en los institutos religiosos, § 12 (1990). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Introducción - La vida religiosa - La enseñanza del concilio, Papa Pablo VI. Evangelica Testificatio, § 7 (1971). ↩ ↩2 ↩3 ↩4